Psicologia clínica | Adultos & Adolescentes
Trastorno de la conducta alimentaria.
La obsesión por el peso, por la imagen y por la dieta están presentes en Laos tres tipo de trastornos relacionados con la ingesta:
Anorexia Nerviosa:se caracteriza por le miedo extremo a ganar peso y se controla en exceso la alimentación, pudiendo adoptar la forma restrictiva (restringiendo la mayor parte de los alimentos) y/o la purgativa (provocando el vómito o mediante el uso de laxantes o diuréticos) esto se combina generalmente con un abuso del ejercicio físico. Existe una alteración de la percepción de la propia imagen corporal
Bulimia Nerviosa: presenta atracones, ingiriendo grandes cantidades de comida en un periodo muy breve de tiempo, se acompaña de una sensación de pérdida de control, sentimiento de culpabilidad y miedo a engordar lo que lleva a la persona a realizar conductas compensatorias como el vómito, el ejercicio compulsivo o la restricción alimentaria. Con estas maniobras se puede llegar a mantener un peso normalizado lo que lleva a dificultar la detección del problema.
Trastorno por atracón: consiste en presentar atracones sin que haya conductas compensatorias, llevando a las personas a tener sobrepeso, suele estar muy vinculado a estados emocionales existiendo una clara relación entre la sobreingesta y un conflicto emocional.
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Trastornos relacionados con el trauma.
Podemos definir el trauma como cualquier experiencia que genera un impacto emocional en la persona que sobrepasa sus mecanismos de afrontamiento, impidiendo que procese e integre todos los elementos de esta experiencia de una forma adaptativa y funcional como resultado estos elementos que pueden ser somáticos emocionales conductuales y cognitivos quedan almacenados de forma fragmentada como nudos psíquicos en nuestra memoria.
Podemos definir el trauma como cualquier experiencia que genera un impacto emocional en la persona que sobrepasa sus mecanismos de afrontamiento, impidiendo que procese e integre todos los elementos de esta experiencia de una forma adaptativa y funcional como resultado estos elementos que pueden ser somáticos emocionales conductuales y cognitivos quedan almacenados de forma fragmentada como nudos psíquicos en nuestra memoria.
Los traumas los podríamos dividir, desde el modelo EMDR con el que trabajo en dos grandes grupos:
- Traumas con T: acontecimientos de gran impacto en el que existe un peligro o amenaza para nuestra integridad psíquica y/o física ( accidente de tráfico, atraco, etc…)
- Traumas con t: experiencias interpersonales repetidas y consistentes en el tiempo, que aparentemente no tienen un gran peligro pero que van teniendo un efecto acumulativo y acaban por sobrepasar al individuo (abuso, bullying, moobing, maltrato intrafamiliar, hospitalización…)
La diferencia entre ambas podría ser como si fuéramos un vaso de agua y recibiéramos un gran chorro de agua que rebasa nuestro vaso, en el caso de la T o una gota de agua repetidamente en el caso de la t, estos últimos pueden tener el mismo impacto o incluso mayor que los T.
A partir de los síntomas que se observan podemos tener:
- Trauma simple: aparecen complejos síntomas derivados de un único acontecimient (Trastorno por Estrés Postraumático).
- Trauma complejo: suelen tener un inicio temprano durante la infancia, sostenidos en el tiempo, impregnando la totalidad de la identidad de la persona. Afectan a la capacidad de la persona para regular sus emociones, socializar, creencias personales, etc y acaban dando lugar a numerosos trastornos (Trauma temprano del desarrollo).
- Trastornos de apego: Se puede observar en el niño un comportamiento inhibido o retraído hacia sus cuidadores, raramente busca consuelo o se deja consolar, reacción emocional limitada episodios de irritabilidad, tristeza o miedo inexplicables. O por el contrario, el niño interacciona activamente con extraños con un comportamiento verbal o físico demasiado familiar
- Trastorno de estrés postraumatico: cuando tras la exposición, ya sea directa o indirecta, a la muerte o peligro, aparecen recuerdos intrusivos angustiosos sobre el evento traumático con malestar psicológico intenso, dando lugar a estrategias de evitación, hipervigilancia, desconfianza exagerada, sentimientos de miedo, enfado, culpa o vergüenza, irritabilidad, problemas de concentración y alteración del sueño.
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Trastornos psicosomáticos .
Cuando nuestro cuerpo enferma sin que haya una causa médica que lo justifique, el sufrimiento interno se expresa a través de el, el estrés y los conflictos emocionales afectan a nuestro organismo, pudiendo llegar a desarrollar una afectación física que tiene su origen en un sufrimiento psíquico (cefaleas, contracturas, alopecia, psoriasis, Colón irritable, fibromialgia, entre otros)
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Trastornos de la personalidad.
Cuando tus pensamientos y emociones afectan a varias áreas de tu vida, especialmente la relacional y te desenvuelves con unas pautas de comportamiento dañinas que conforman un patrón insano que suele tener origen en la infancia o adolescencia y manifestarse en la edad adulta.
Dentro de los trastornos de la personalidad podemos distinguir tres subtipos: por un lado, aquellos que son percibidos como raros o excéntricos, por otro los dramáticos, emotivos e inestables, y los ansiosos o temerosos.
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Trastornos Depresivos.
La depresión es un trastorno frecuente, que implica un estado de animo deprimido, una pérdida de interés y placer por aquello que antes nos hacia disfrutar, no le vemos el sentido a nada, no hay nada que decir o que hacer que nos alivie. Muy a menudo va acompañado de pérdida de peso, alteraciones en el sueño (insomnio o somnolencia) dificultades cognitivas (incapacidad para concentrarse, para recordar) nos atormentan sentimientos de inutilidad y culpabilidad, siendo frecuentes los pensamientos acerca de la muerte y el suicidio. La ausencia de energia nos afecta en el terreno laboral y se abandona la interacción social.
Dentro de este tipo de trastornos podemos encontrar multiples variedades como el trastorno ciclotímico que alterna estados de euforia o irritabilidad con estados depresivos)
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Trastorno bipolar.
El trastorno bipolar es una enfermedad cíclica caracterizada por episodios de manía en la que tenemos muchas ganas de hablar, se agolpan en nuestra mente miles de ideas que corren veloces sin control, un aumento de la autoestima que nos lleva a sentirnos poderosos, imposible no distraernos con cualquier cosa, ir de u tema a otro, un aumento de la actividad , energía, impulsividad, insomnio, nos sentimos tan eufóricos que nuestro funcionamiento tanto laboral como social se ve alterado por este estado. Este estado puede ir acompañado de alguna fase de depresión.
Otro tipo de bipolaridad es la que se caracterizado con un estado de animo tambien elevado pero que no llega a alterar nuestro funcionamiento natural aunque si se alterna con fases de depresión mayor durante las que nos sentimos deprimidos, tristes, desesperanzados, fatigados y con sueño alterado.
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Trastornos de Ansiedad.
Es uno de los trastornos más habituales, durante los que sentimos un miedo irracional, una preocupación excesiva por las que otras personas parecen no preocuparse, tenemos pesadillas frecuentes y especialmente muchos síntomas corporales que nos angustian porque no podemos controlar y no tienen ninguna causa orgánica aparente, ya sean taquicardias, dolor de estómago, de cabeza, náuseas, vomitos, palpitaciones y un largo etc. Esto nos condiciona tanto que evitamos personas, actividades o lugares para intentar sentirnos seguros y no enfrentarnos a lo incontrolable. Esta inquietud constante nos perturba hasta tal punto que nuestro ritmo de vida se ve interrumpido y no conseguimos adaptarnos.
Este trastorno comprende variaciones como la fobia social o la agorafobia, entre otras.
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Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Este tipo de trastorno está caracterizado por la presencia de pensamientos recurrentes y persistentes, ideas intrusivas no deseadas entran en nuestra mente causándonos un gran malestar, con la intención de intentar eliminarlos o, al menos, neutralizarlos realizamos rituales (compulsión) que van desde lavarse las manos repetidamente, comprobar las cosas una y otra vez, ordenar objetos o rezar, repetir palabras, contar números y una infinidad de acciones con tal de disminuir la ansiedad que nos provocan las ideas o evitar algún suceso o situación temida que creemos puede suceder de no hacerlo y nos convertimos en prisioneros de nuestra propia mente.